miércoles, 26 de junio de 2024
El chorizo ibérico es uno de los productos más emblemáticos de la gastronomía española. La experiencia sensorial que ofrece este embutido es única, capaz de deleitar a los paladares más exigentes gracias a la compleja combinación de sabores, aromas y texturas que posee.
Para conocer los primeros pasos del chorizo ibérico, hay que remontarse a tiempos prerromanos. En esa época, las tribus habitantes de la Península Ibérica ya criaban cerdos ibéricos y consumían sus carnes. Fueron los propios romanos los que introdujeron técnicas de curado y especiado de las carnes, a las que llamaban salsicium. Pero el avance más relevante para llegar hasta el chorizo actual lo aportó la llegada del pimentón, que no fue posible hasta el descubrimiento de América y la importación de los pimientos desde el nuevo continente.
Desde entonces, el chorizo es un producto muy popular, presente en todas las regiones de España en sus distintas variedades, que se diferencian no solo por sus recetas o por su apariencia externa, sino por sus técnicas de curado y por la carne que se utiliza.
Y, entre todas esas variedades, una de las que más destaca y resulta más apreciada por los consumidores es el chorizo ibérico
El chorizo ibérico es la variante del chorizo español que se elabora con carne de cerdo ibérico. Esta raza de cerdos, autóctona de la Península Ibérica, se cría en el ecosistema único de bosques y pastizales que conforman la dehesa española, una área geográfica que ocupa parte del centro y del sur de España y, también, de Portugal.
La principal diferencia de los embutidos ibéricos, no solo del chorizo, sino también del jamón de bellota, con respecto a otros embutidos de cerdo es que los animales de esta raza se alimentan de bellotas durante la montanera, y estos frutos dotan a los productos ibéricos de un sabor muy característico, con grasas y proteínas de alta calidad nutricional.
La elaboración de este embutido se sigue realizando de manera tradicional en muchas regiones de España, cada una con sus métodos y detalles particulares. Sin embargo, el proceso siempre conlleva mezclar la carne de cerdo ibérico con pimentón, ajo y sal, para luego embutir la mezcla en tripa natural y dejarlo curar durante un tiempo que varía entre unas semanas y unos meses, según cuáles sean la textura y los matices deseados.
Existen recetas o elaboraciones particulares que pueden añadir alguna hierba o especia a la receta, como orégano, romero o salvia, pero lo que más puede marcar la diferencia entre los chorizos ibéricos es la cantidad de pimentón dulce o picante que se usa en el adobo de la carne y que le aporta su nota definitiva.
El chorizo ibérico se presenta en diversas variedades que reflejan las diferencias en la crianza de los cerdos y el proceso de elaboración. Entre los más destacados se encuentran el chorizo ibérico de bellota y el chorizo ibérico de cebo, aunque existen otros tipos que también merecen mención.
Chorizo ibérico de bellota: Este chorizo proviene de cerdos que se crían en libertad en dehesas y se alimentan principalmente de bellotas durante la montanera, lo que otorga al chorizo un sabor profundo y una textura suave y jugosa. Es considerado el chorizo de más alta calidad debido a la pureza de la alimentación y las condiciones de crianza.
Chorizo ibérico de cebo: Elaborado con carne de cerdos alimentados con piensos naturales, cereales y legumbres, este chorizo ofrece un sabor exquisito, aunque con un sabor menos intenso que el de bellota.
Otros tipos de chorizo ibérico: Al igual que el resto de chorizos, los ibéricos pueden clasificarse en dulces o picantes, y también en chorizos que no han sido curados y necesitan pasar por un proceso de cocinado, ya sea cocción, fritura, guiso, horneado, etc.
La mejor forma de disfrutar del chorizo ibérico es en su forma más pura y tradicional. Es decir, cortado en rodajas finas y servido a temperatura ambiente, lo que favorece la liberación de sus aceites naturales y realza sus aromas y matices.
Su acompañante natural es el pan, aunque también combina a la perfección con otros embutidos, quesos curados y aceitunas con distintos aliños. Del mismo modo, otros productos de la huerta, como los pimientos, los tomates y los frutos secos ofrecen un contraste sorprendente junto a este embutido, elevando el nivel de la experiencia gustativa a cotas muy altas.
En cuanto al maridaje del chorizo ibérico, se complementa maravillosamente con vinos tintos de Rioja o Ribera del Duero, al igual que con cervezas oscuras o artesanales, sobre todo las de tipo IPA, y también sorprende su oposición a los vinos más frescos, como los vinos jóvenes o, sobre todo, los vinos blancos, que actúan como refrescantes tras cada bocado.
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De lunes a viernes: de 9h a 20h
Sábados: de 9h a 14.30h
Entre el 5 y el 24 de agosto
De lunes a viernes: de 9h a 15h
Sábados: de 9h a 14.30h